Aquí llega: la imaginería del ingenio
Se extiende, con apremio, más allá del paradigma primigenio que sustenta los límites de la realidad.
Es la sombra que late en la esperanza recóndita de un animal malherido… la vela que impregna con su sustancia el cariz prismático del ser sobrecogido.
Un sentimiento intenso condensado: la sublimación de lo esencial:
De un órgano marchito afloran acordes melodiosos imbuidos de vacío existencial…
¡Vuelve a trazar!, la línea de tu destino, pues nunca es tarde para arrepentirse y volver atrás.
Reconoce que no eres quien eres, sino un oscuro sumatorio de quién quisieras y quién pudieras ser.
Términos ocultos, incógnitas sin despejar… ignotas ecuaciones aguardan en un horizonte perpetuo de umbrías visiones.
Es una entelequia: el mundo en el que vives; de él recibes, la razón de tu existencia: la búsqueda de conciencia en un mar de incertidumbre. ¡Salta!, antes que se derrumbe, de pura ira, la fina tira que sostiene a aquél que se aviene a convivir en este universo sin reverso…
Lo has logrado, una saeta disparada contra el caparazón de una regia tortuga…
¿Quién quisiera ser oruga?
Lo has logrado, una gota se postra ante el océano que reposa…
¿Quién pudiera ser mariposa?
Lo has logrado: la mente lívida y el alma pálida…
Serás por siempre una crisálida.
Se extiende, con apremio, más allá del paradigma primigenio que sustenta los límites de la realidad.
Es la sombra que late en la esperanza recóndita de un animal malherido… la vela que impregna con su sustancia el cariz prismático del ser sobrecogido.
Un sentimiento intenso condensado: la sublimación de lo esencial:
De un órgano marchito afloran acordes melodiosos imbuidos de vacío existencial…
¡Vuelve a trazar!, la línea de tu destino, pues nunca es tarde para arrepentirse y volver atrás.
Reconoce que no eres quien eres, sino un oscuro sumatorio de quién quisieras y quién pudieras ser.
Términos ocultos, incógnitas sin despejar… ignotas ecuaciones aguardan en un horizonte perpetuo de umbrías visiones.
Es una entelequia: el mundo en el que vives; de él recibes, la razón de tu existencia: la búsqueda de conciencia en un mar de incertidumbre. ¡Salta!, antes que se derrumbe, de pura ira, la fina tira que sostiene a aquél que se aviene a convivir en este universo sin reverso…
Lo has logrado, una saeta disparada contra el caparazón de una regia tortuga…
¿Quién quisiera ser oruga?
Lo has logrado, una gota se postra ante el océano que reposa…
¿Quién pudiera ser mariposa?
Lo has logrado: la mente lívida y el alma pálida…
Serás por siempre una crisálida.
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