Me tenías. Yo era tú y tú eras yo. Un estrecho vínculo ligaba nuestras almas más allá de las trivialidades mundanas...
Te tenía. Tú eras yo y yo era tú. Un inspirado sentimiento inundaba mi corazón al tiempo que respiraba tu nombre...
Partiste, te vi marchar, y sin embargo no hice nada para detenerte...
Pensé que la penumbra del camino te haría percibir los luminosos matices de aquello que yo te ofrecía...
Pensé que hastiada de tal sublime futilidad, encontrarías en mi hombro un remanso de tranquilidad en el que apoyar tu indómita cabeza...
Pensé que el idealismo al fin había de derrotar la rutina en la cruenta batalla de la existencia...
Pensé que el idealismo al fin había de derrotar la rutina en la cruenta batalla de la existencia...
Mas... me equivocaba...
Ahora sólo respiro retazos de lo que fuiste para mí en el pasado...
Sólo siento trazas de un amor diferencial que agoniza...
Sólo veo la sombra de tu rostro...
Sólo sé que no sé nada...
Sólo sufro...
Solo.
1 comentario:
Quizá yo no entienda gran cosa de construcciones, pero se me ha hecho fácil esta la lectura y me ha llegado, creo que es lo que cuenta, al fin y al cabo.
Perder por pensar demasiado, por no actuar.
Un saludo
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